Opción País

El último mensaje de Baden Powel, y resumen de todo el escultismo es «Tratad de dejar el mundo mejor de lo que lo encontrasteis». En esta frase se basa toda la Opción País; Es trabajar por todos los hombres y mujeres, a través de todas las sociedades, todos los lugares y todas las culturas del mundo.

Aunque la idea es buena, es absolutamente irrealizable para personas individuales como nosotros/as. Es por ello que no nos queda más remedio que limitar nuestra acción a nuestra tierra, a nuestra cultura, a nuestra sociedad. Por lo tanto lo primero deberemos concienciarnos nosotros/as mismos/as de que pertenecemos a nuestro propio pueblo o barrio, y luego transmitirlo a la chavalería.

El primer paso será reconocer la existencia de una colectividad humana que tiene unos rasgos peculiares que la distinguen, y la configuran como pueblo. A pesar de la gran diversidad, que existe en nuestra tierra, también tenemos una historia común y un sentimiento similar, tanto el ganadero de La Barranca, el labrador de La Ribera, y el habitante de Pamplona.

Después deberemos concienciarnos de nuestra pertenencia al mismo, y procuraremos de que cada chaval/a sepa identificarse con las costumbres, cultura y folklore que más le atraiga. Para ello habrá que recorrer la geografía de nuestra tierra, conocer la historia de nuestro pueblo para poder compararla y aprender de ella, y participar en la medida de lo posible en el folklore e idioma propios.

Una vez que quede así definido el campo de acción, tendremos que adquirir un compromiso para con el hombre y la mujer. Con esto nos referimos a procurar la libertad de la persona en cualquier situación, pero sin que nadie caiga en el libertinaje. Hay que arropar a los/las marginados/as, que la sociedad a dejado de lado, hay que ser tolerante y dialogante, y debemos preservar la naturaleza, madre de la que venimos. De nuevo, todo esto no se debe esperar realizar a escala mundial, sino que se debe hacer con la chavalería, la familia o las amistades, con infinidad de detalles sencillos: no hablar a las espaldas, ser justo/a y coherente con tus ideas, ahorrar material y energía para no abusar de la naturaleza, etc.

Naturalmente, todo esto se debe transmitir no sólo de palabra, sino sobre todo con nuestro ejemplo y, a largo plazo, la chavalería extenderá este mensaje a más y más gente, que a su vez lo extenderán también, con lo que habremos sido responsables de una obra monumental.